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La actriz Angelina Jolie se ha sometido a una doble mastectomía preventiva de cáncer de mama, al sufrir un 87 por ciento de posibilidades de padecer esta enfermedad y un 50 por ciento de desarrollar un cáncer de ovario.“Mi madre luchó contra el cáncer durante casi una década y murió a los 56 años. Ella vivió el tiempo suficiente para ver al primero de sus nietos y cogerlo en sus brazos. Pero mis otros hijos nunca tendrán la oportunidad de conocerla y la experiencia de saber lo cariñosa y amable que era”.
Así comienza el artículo “Mi elección médica”, escrito por Angelina Jolie y publicado hoy en The New York Times, en el que la actriz da a conocer públicamente que se ha sometido a una doble mastectomía como medio drástico de reducir sus posibilidades de padecer un cáncer de mama similar al que acabó con la vida de su madre.
En el artículo, la actriz norteamericana asegura que cuando habla de su madre con sus propios hijos y les trata de explicar la enfermedad que “la llevó lejos” de ellos, estos le preguntan si a ella le podría suceder lo mismo. “Yo siempre les he dicho que no se preocuparan, pero la verdad es que llevo un gen defectuoso, el BRCA1, que aumenta drásticamente mi riesgo de desarrollar cáncer de mama y de ovario”.
Sus médicos, añade la actriz, casada con el también actor Brad Pitt, con quien tiene seis hijos, tres biológicos y tres adoptados, estimaron que ella tenía un 87 por ciento de posibilidades de padecer cáncer de mama y un 50 por ciento de padecer cáncer de ovario, “aunque el riesgo es diferente en cada mujer”.
“Una vez que supe cuál era mi realidad, me decidí a tomar la iniciativa y reducir al mínimo el riesgo. He tomado la decisión de realizarme una doble mastectomía. Comencé por mis pechos, ya que el riesgo de padecer este cáncer era superior al de tener un cáncer de ovario y la cirugía es más compleja”, subraya la actriz californiana, de 37 años.
Jolie asegura que el pasado 27 de abril concluyeron los tres meses de procedimientos médicos que lleva aparejada la mastectomía, y añade que, durante ese tiempo, ha sido capaz de mantener este apartado de su vida “en privado” y continuar así con su trabajo.
“Deseaba escribir esto para explicarle a otras mujeres que la decisión de someterse a una mastectomía no fue fácil. Pero ahora estoy muy satisfecha de haberlo hecho. Mis posibilidades de desarrollar un cáncer de mama se han reducido de un 87 a menos del 5 por ciento. Ahora puedo decirles a mis hijos que no tiene que temer porque me vayan a perder por un cáncer de mama”, subraya.
En el artículo revela que el proceso médico empezó el pasado 2 de febrero con la técnica “nipple delay”, una técnica de cirugía plástica “con la que los efectos de la mastectomía no dañan estéticamente el pezón. Esto causa un poco de dolor y un montón de moratones, aunque incrementa las opciones de salvar el pezón”.
Dos semanas después se sometió a la cirugía mayor, una operación que puede durar ocho horas y en la que se extrae el tejido mamario. “Te despiertas con tubos de drenaje y expansores en tus senos. Te sientes como en una película de ciencia-ficción. Sin embargo, días después de la cirugía se puede volver a hacer una vida normal”, añade.
Nueve semanas más tarde, continúa, la cirugía final se completa con la reconstrucción de los senos con un implante, y subraya que en los últimos años ha habido “muchos avances” en este procedimiento y que los resultados pueden ser “hermosos”.
La también directora de cine asegura que es “tranquilizador” que, tras la operación, sus hijos no ven nada “incomodo”. “Pueden ver pequeñas cicatrices, y eso es todo. Todo lo demás es mamá, lo mismo que siempre fue, y saben que los amo y haría cualquier cosa para estar con ellos todo el tiempo que pueda”.
En lo personal, añade, “siento que elegí una buena opción que no disminuye en absoluto mi feminidad”, y se reconoce “afortunada” por tener un compañero, Brad Pitt, “tan amoroso y solidario”.
“He decidido no mantener mi historia en secreto porque hay muchas mujeres que no saben que podrían estar viviendo bajo la sombra del cáncer. Tengo la esperanza de que ellas, también, sean capaces de obtener pruebas genéticas y que, si tienen un alto riesgo, sepan que tienen opciones”, subraya.
“La vida tiene muchos desafíos. Los que no nos deben asustar son sobre los que se puede asumir y tomar el control”, concluye.
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